Campaña. Declaración nacionalista fustiga acuerdo por presos de Guantánamo

Hace tiempo que las pintadas con la consigna “yanquis go home” o “fuera yanquis de América Latina” empezaron a escasear en los muros del país. También las referencias al imperialismo de Estados Unidos han perdido pie en el debate político. Sin embargo, en los últimos días el Partido Comunista Uruguayo (PCU), es decir, el partido más proclamadamente antiyanqui del sistema político, debió salir a correr de atrás al Partido Nacional cuando desde esas filas se cuestionó el acuerdo entre el gobierno de Barack Obama y el de José Mujica para recibir presos de Guantánamo.

La razón que encontró el PCU para proclamar su tradicional postura con “los gringos del norte” fue una serie de reuniones que mantuvo la embajadora Julissa Reynosso con los candidatos presidenciales para proponerle a Uruguay la integración a un acuerdo de libre comercio con los países del Pacífico. Pero esos encuentros ocurrieron hace más de 15 días.
La que está más fresca es la ofensiva nacionalista contra la llegada de los presos de Guantánamo y sus referencias críticas para con los Estados Unidos.

El miércoles 25 durante una recorrida por San José, el candidato presidencial nacionalista Luis Lacalle Pou contó que la embajadora Reynosso se había comunicado con él para saber su postura sobre la llegada de los prisioneros. “¿Por qué no los reciben ustedes?”, fue la respuesta de Lacalle Pou.

En la gira, el líder blanco comentó que la embajadora le dijo que el Parlamento estadounidense no permitía esa solución. “¿Y como no pueden recibirlos nos los mandan a nosotros? Así no. Quedar bien con Estados Unidos así, no”, dijo Lacalle Pou.

Blancos

Pero este martes, el Partido Nacional dio un paso más. A través de una declaración divulgada anoche, determinó que “no se ha seguido” el procedimiento establecido en la Constitución, razón por la cual “no nos encontramos ante un tratado del cual surjan derechos y obligaciones”.

El comunicado expresa que para ratificar este tipo de tratados es preciso contar con la aprobación del Poder Legislativo.

De acuerdo con la declaración nacionalista, el gobierno “no puede ni debe comprometer” al país en resoluciones “que son de absoluta competencia de otros Estados y otros sistemas políticos y jurídicos”.

Por ello, entiende que el Ejecutivo “debe abstenerse de continuar involucrándose en este asunto, si antes no cumple con los requisitos constitucionales”.

Asimismo el candidato blanco a la vicepresidencia, Jorge Larrañaga, exhortó el lunes 29, en un acto de la lista 33, a que su rival frenteamplista, Tabaré Vázquez, responda públicamente si apoya el acuerdo del gobierno de Mujica con Estados Unidos.

Ayer Vázquez respondió en radio Sarandí que la decisión de Mujica es un “acto humanitario por la positiva”. Larrañaga consideró que la respuesta no fue suficiente, y reclamó detalles sobre el marco jurídico del acuerdo, y que se informe a los partidos de la oposición en el Parlamento. “Es muy parcial su respuesta. Vázquez le debe favores a (George) Bush”, comentó Larrañaga a El Observador. “El gobierno de (Michelle) Bachelet en Chile no aceptó los presos, y en Uruguay ni siquiera hay coincidencia en el partido de gobierno, porque el Partido Comunista habló de pacto yanqui”, agregó el líder blanco.

Comunistas

Es en esa circunstancia que el lunes 29 el Partido Comunista emitió un comunicado acusando al gobierno de Estados Unidos de meterse en la campaña electoral uruguaya por andar ofreciendo acuerdos comerciales con otros países.

Los comunistas aprovecharon para marcar su posición contraria al Trans Pacific Partnership (TPP), sigla en inglés del acuerdo de libre comercio que fue firmado en 2005 por Chile, Nueva Zelanda, Singapur y Brunéi, pero al que ahora están a punto de sumarse Estados Unidos, Japón, Australia, México, Canadá, Perú, Vietnam y Malasia. Firmar el acuerdo implicaría en la práctica un TLC con todos esos países.

“El TPP es una nueva iniciativa de EEUU para asegurar el dominio de los mercados de la región y del mundo y fundamentalmente dinamitar los procesos de integración política y económica del continente y las economías emergentes expresadas fundamentalmente en los países que integran el Brics”, dicen los comunistas en el comunicado firmado por el Comité Ejecutivo Nacional.

A esta altura, resulta difícil determinar si son los blancos o los comunistas los que tienen la peor relación con la embajada de Estados Unidos. Es así que en setiembre del año pasado cuando Reynosso anunció su apoyo a los ataques militares a Siria, el diputado blanco Pablo Iturralde se preguntó: “¿Qué se piensa? ¿Que porque tiene un airecito progre, va a los boliches a tomar una copa y le gusta el candombe, podemos perdonarle todo? Es una típica imperialista”, dijo Iturralde. (ver Apunte)

 

Nacionalistas contra injerencia diplomática

En un tiro por elevación a expresiones públicas de la embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso, la declaración del Partido Nacional indica que “no admite que funcionarios diplomáticos expresen públicamente sus opiniones sobre decisiones que solamente competen al Uruguay, ya que constituye una injerencia en los asuntos internos de nuestro país, desde el momento en que dichas declaraciones procuran influir en las decisiones políticas” de las autoridades.



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